Esta semana debatiremos en clase de Comunicación Politica y Opinión Pública sobre los resultados del 27S en Cataluña, y los escenarios que se abren tanto en este territorio como en el resto del país. Ahí van algunas conclusiones sobre esta jornada electoral tan especial que pueden servir para animar ese debate universitario:
- EL INDEPENDENTISMO GANA LAS ELECCIONES, PERO… Si nos atenemos a procesos similares como Quebec o Escocia, los resultados del bloque independentista agrupado en la coalición Junts pel Si + la CUP no son suficientes para avanzar hacia una declaración de Independencia. Los independentistas ganan las elecciones, pero no el plebiscito en el que hábilmente habían convertido los comicios autonómicos.
- EL ESCENARIO DEL REFERÉNDUM DE AUTODETERMINACIÓN. No siendo suficiente el porcentaje de votos obtenidos por los independentistas para declarar unilateralmente la independencia de España, si que tienen fuerza moral (mayoría de escaños) y un enorme apoyo popular para mantener la reivindicación de un referéndum de autodeterminación, a imagen y semejanza de Escocia y Quebec. No debemos obviar que además de Junts pel Si y la CUP, Catalunya si que es pot y Unió (ya como formación marginal) respaldan el ejercicio democrático de la convocatoria de ese referéndum, en el cual el manido 48%-52% podría variar sensiblemente si presumiblemente una parte del electorado de Catalunya si que es pot, Unió e incluso del PSC votarán por el Sí a la independencia. También es cierto que parte del electorado de Convergencia haría el viaje contrario. Éste escenario es el que realmente da pavor a PP, PSOE y Ciudadanos y les hace negar la mayor: referéndum de autodeterminación.
- CAMBIO EN MONCLOA PARA AVANZAR HACIA LA DISTENSIÓN. Evidentemente, la solución directa y definitiva pasaría por la convocatoria del Referéndum. Cameron lo hizo en el Reino Unido con Escocia, dando un ejemplo de estadista y de demócrata. Antes, diferentes gobiernos de Canadá lo hicieron con la región separatista de Quebec. En España esta opción pasa por el resultado de las próximas elecciones generales, pero teniendo en cuenta la postura inmovilista del PP y que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ya ha negado esta posibilidad, parece complicado ir a ese escenario. Dicho lo dicho, un cambio de inquilino en La Moncloa, y una redistribución del poder en Madrid, ya sin mayorías absolutas, debería servir para iniciar un periodo de negociación y distensión fundamentado en una amplia reforma de la Constitución Española, del Tribunal Constitucional, del reconocimiento de Cataluña como nación y de encontrar el encaje adecuado para consolidar una convivencia razonable durante varias generaciones. Ese encaje puede ser la España federal.
- ¿QUE FUE DE LAS IDEOLOGÍAS? No es cuestión baladí, al menos a algunos nos sigue preocupando bastante, pero por unas u otras causas las ideologías que antaño fueron fundamentales en el debate político, en estos comicios han sido secundarias. El ejemplo más claro es el pacto anti-natura entre Convergencia y ERC. Cat si que es pot, la marca de Podemos para estas elecciones catalanas, también está jugando desde hace meses la estrategia de la desideologización, con resultados más que cuestionables. En cambio, la estrategia de centralidad de Ciudadanos les ha funcionado electoralmente en Cataluña. Será la formación más ideologizada de todas, la CUP quien decida el futuro político de Cataluña y su decisión (apoyando o cargándose a Mas) será el gran indicador sobre el final o no de las ideologías, en detrimento de la polarización nacionalista. Si mantenemos el eje político clásico de izquierda y derecha y hacemos una simple proyección de los resultados de CiU + ERC en 2012 a los obtenidos ahora por Convergencia + ERC en la coalición Junts pel Si, vemos que el mapa ideológico apenas se mueve. Entonces el bloque ideológico de derechas formado por Ciudadanos + Partido Popular + CiU obtenían 78 escaños por los 79 que suman ahora Convergencia + Partido Popular + Ciudadanos. La izquierda perdía las elecciones entonces y ahora también. En 2012, la suma de escaños de ERC + CUP + PSC + ICV-EU (ahora en Cat si que es pot) era de 57, uno más que los 56 que hoy suman ERC (en solitario) + PSC + Cat si que es pot + la CUP. Cataluña salvo en los tiempos de Pasqual Maragall siempre ha sido un territorio muy conversador que hoy, vaya paradoja, está en manos de la extrema izquierda.
- VENCEDORES Y VENCIDOS. Más allá de filias y fobias y de lecturas interesadas que se plasman en medios de comunicación militantes, lo cierto es que estas elecciones dejan vencedores y vencidos. Ciudadanos supo plantear una campaña inteligente con una candidata perfecta, obra y gracia de Albert Rivera y un discurso claro y directo. Él, Albert Rivera, es el gran triunfador de estas elecciones porque además ha sabido proyectarlas hacia sus intereses presidenciales en Madrid. También son vencedores la CUP porque los resultados les dan un enorme poder a la hora de decidir el futuro inmediato de Cataluña. Justo lo contrario le pasa a Convergencia y Artur Mas cuyo viaje plebiscitario se le ha vuelto en contra, por muy poco, pero se le ha vuelto en contra. Él ya no controla la situación y ésto en política es un grave problema. Y en medio de este enorme conflicto de intereses, Oriol Junqueras y ERC que estarán pensando que para este viaje no eran menester alforjas (Convergencia) y estén mirando con envidia la situación ventajosa de la CUP. El propio Junqueras y Raul Romeva juegan ya sus bazas en el cortejo por obtener los favores de la formación asamblearia que lidera el periodista Antonio Baños. ¿Vencidos? El PSC ha sabido vender el argumento de la derrota dulce, cuando realmente se han dejado en el camino más diputados que ICV-EU (ahora Cat si que es pot). Aún así Miguel Iceta ha sido un buen candidato, un político de recorrido que ha parado la hemorragia socialista en Cataluña. Las dos formaciones de ideología socialdemócrata se han dejado cuatro y dos escaños, respectivamente, respecto a 2012. No son buenos resultados, pero tampoco sería acertado extrapolarlos a las próximas Elecciones generales donde PSOE y Podemos no se encontrarán con un escenario electoral de extrema polarización como en Cataluña. En el caso de Podemos, la campaña no ha sido buena, con un candidato con poco tirón, Lluis Rabell, y nula implicación de las alcaldesas del cambio. Carmena y Ada Colau se han mantenido a distancia y la mínima implicación de la alcaldesa de Barcelona se ha notado en los resultados de la formación morada en esta ciudad. Y para finalizar, y a modo de conclusión, el gran derrotado de estas elecciones catalanas ha sido el Partido Popular, en la persona de Mariano Rajoy. Artur Mas y Mariano Rajoy quedan desacreditados como interlocutores válidos, son la vieja política que carga a sus espaldas con la pesada mochila de la corrupción y los daños colaterales de la gestión de la crisis. El PP obtiene en Cataluña sus peores resultados desde 1992. Le pasa factura un pésimo candidato, Xavier García Albiol es la antítesis de Inés Arrimadas, y la pésima campaña diseñada desde Madrid por Jorge Moragas. Los populares vuelven a ser una fuerza residual en Cataluña, pero además ven como Ciudadanos se proyecta con garantías como la opción líder de centro-derecha en España. Visto lo visto, el aparente callejón sin salida de Cataluña necesita un último servicio de Mariano Rajoy a su país: la convocatoria urgente de Elecciones generales.