Razones y respuestas para votar en las Elecciones Europeas de 2014

Recuerda Daniel Cohn-Bendit en su ensayo ¿Contra los Partidos Políticos?, un encuentro que tuvo ya hace algunos años con la socióloga marroquí Fátima Mernissi, profesora en el Instituto Universitario de Investigación Científica de la Universidad Mohammed V de Rabat y miembro del Consejo de Universidad de Nacionales Unidas, en aquella conversación la marroquí le espetaba al eurodiputado y fundador de Europe-Ecologie que:

«Hay algo que jamás debemos olvidar, el milagro de la urna negra, la urna donde depositas tu papeleta de voto. La libertad de introducir una papeleta cambia profundamente las sociedades. Es un acto donde todos los ciudadanos pueden tener, y tienen, el sentimiento de participar en la vida pública. Es el acto de participación más grande. Cualquier manifestación, en número, es cincuenta veces inferior al acto de participación en unas elecciones».

Punto de partida de este artículo: en los países donde el voto es un derecho consolidado, la gente no se da cuenta de este poder, al contrario que la que vive en países donde el voto no existe y lo anhela (así estuvimos en España durante 40 años). Ésta situación lleva a la certera reflexión del citado Daniel Cohn-Bendit de que:

«hay que repolitizar al sujeto, repolitizar la sociedad civil al mismo tiempo que civilizar la sociedad política».

Partiendo de estas premisas, me permito enumerar algunas razones e intentar responder algunos interrogantes que justifican el hecho de acercarse el domingo a los colegios electorales:

  1. PARA EMPEZAR VOTEMOS EN CLAVE EUROPEA. La Unión Europea es un espacio de paz y seguridad en un mundo globalizado. Un espacio de libertad y justicia que nos ha permitido una convivencia pacífica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Con sus pros y contras, la UE también ha avanzado en sus objetivos de desarrollo sostenible, solidaridad y cooperación frente a otros grandes bloques como China o Estados Unidos. También con todas las reticencias posibles, el objetivo de la Unión Económica y Monetaria nos ha garantizado a los ciudadanos europeos una moneda estable y estabilidad de precios fundamental para competir en el mercado global.
  2. ¿QUÉ LE DEBE ESPAÑA A LA UE? Mucho. La transformación y modernidad de España está ligada a las política europeas de las que nos beneficiamos tras nuestro ingreso en la Unión Europea en la tercera ampliación de 1986 (junto con Portugal). Siempre partiendo de la premisa de que las cosas se podían haber hecho mejor, mientras que fuimos socios receptores netos, los fondos estructurales y sobre todo el fondo de cohesión de la UE permitió a España pasar del blanco y negro al color.
  3.  ¿QUIÉN NOS GOBIERNA?, EL PODER REAL DEL PARLAMENTO Y LA COMISIÓN EUROPEA. Una reticencia muy lógica de cara a no votar el domingo es la situación de deriva de la Gobernanza europea. La crisis económica ha sacudido duramente el equilibrio de poderes en la UE. El Consejo Europeo que marca la dirección y prioridades de la UE y que está compuesto por los 28 jefes de Estado y de Gobierno, con un presidente títere, ahora es Van Rompuy, y una de facto que es doña Angela Merkel, ha ido fagocitando a las otras dos grandes instituciones de la Unión: la Comisión Europea y el Parlamento. ¿Entonces, votamos para elegir representantes de dos instituciones con escaso peso político?, cierto, pero por eso mismo urge más que nunca votar e intentar que tanto el Parlamento como la Comisión, con unas nuevas mayorías, se conviertan en un necesario contrapeso del Consejo. Hay que recuperar el impulso del Parlamento como cámara de poder legislativo que impulsa directivas y reglamentos, y como cámara de control democrático y presupuestario. Hay que apostar por una Comisión que sea realmente un ejecutivo europeo que no actué al dictado del Consejo y que aplique adecuadamente la legislación propuesta desde el Parlamento y gestione con eficiencia los presupuestos y programas de la UE. Un arco parlamentario determinado y el consiguiente reparto de comisarios resultante, quien sabe si con Ska Keller, José Bové o el pujante Alexis Tsipras (Syriza) puede servir para frenar las políticas de Merkel y su Consejo de ‘palmeros’ o, por el contrario, para sumarse efusivamente a esta forma tan nociva de entender Europa.
  4. ¿INFLUYE LA POLÍTICA COMUNITARIA EN LAS POLÍTICAS DOMÉSTICAS DE LOS ESTADOS? Mucho más de lo que pensamos. Cientos de directivas y reglamentos que se aprueban en Bruselas influyen directamente en nuestra vida diaria. La influencia de Bruselas sobre los estados miembros cada vez es mayor, aunque por desgracia dicha influencia se concentre demasiado en el Consejo. Las instituciones europeas tutelan a los estados en algo tan fundamental como los Presupuestos Generales de cada uno de ellos. El cordón umbilical que une Bruselas y Madrid es evidente y por eso los ciudadanos seríamos irresponsables si no participamos en el proceso y en la medida que nos dejan (Parlamento y Comisión) no intentamos cambiar unas u otras mayorías. Por resumir, las decisiones que se toman en Bruselas nos afectan cada vez más que las que se puedan tomar en Madrid, en los parlamentos autonómicos o en los ayuntamientos de nuestras ciudades y pueblos.
  5. ¿DÓNDE VAN LOS VOTOS DEL CENTRO IZQUIERDA Y LA IZQUIERDA ESPAÑOLA? Votar en clave local nos hace perder muchas veces la perspectiva sobre el destino final de nuestros votos en unos comicios europeos. Esto es así porque entre otras cosas la mayoría de partidos (fundamentalmente los mayoritarios) plantean erróneamente las campañas de elecciones europeas en clave local. El domingo 25 de mayo los españoles tenemos la oportunidad de mandar al Parlamento Europeo a 51 eurodiputados españoles, y esto es una responsabilidad. Éstos eurodiputados los elegimos de listas de partidos o coaliciones españolas pero luego se integrarán en las distintas familias ideológicas transnacionales: Partido Popular Europeo (PPE), Alianza Progresista de los Socialistas y Demócratas (SD), Los Verdes-Alianza Libre Europea (ALE), Izquierda Unitaria Europea (IUE), Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ADLE), Conservadores y Reformistas Europeos (CRE) o en la Europa de la Libertad y de la Democracia (ELD). En el caso de la izquierda y centro-izquierda española, la cosa está más o menos clara, los eurodiputados del PSOE irán al grupo del S&D; los de la Izquierda Plural a IUE, salvo algún escaño de Iniciativa per Catalunya-Els Verdes que iría al grupo de Los Verdes-ALE; también un posible escaño de Pablo Iglesias por Podemos acabaría en IUE; y un posible escaño de Primavera Europea, con Compromís y Jordi Sebastiá como protagonistas, iría al grupo de Los Verdes-ALE que en el arco parlamentario español no tiene ni siquiera representación pero en el Parlamento Europeo es un grupo importante; finalmente algún posible escaño de la coalición L’Esquerra pel Dret a Decidir, encabezada por Esquerra Republicana de Catalunya, acabaría en el ALE; y alguno de la coalición de nacionalistas de izquierda Los Pueblos Deciden iría también al ALE.
  6. ¿Y DÓNDE VAN LOS VOTOS DEL CENTRO DERECHA Y LA DERECHA ESPAÑOLA? En cuanto a la derecha y el centro-derecha también manda sus votos a distintos grupos europeos, los del PP van al PPE; la derecha nacionalista catalana, vasca y canaria, agrupada en Coalición por Europa, mandaría algún eurodiputado a la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ADLE); previsiblemente, Sosa Wagner y algún eurodiputado más que pueda salir elegido por UPyD dejaría el grupo de No Inscritos y pasaría a la ADLE, donde también se ubicaría un posible candidato electo de Ciutadans como Javier Nart. ¿Y Vox?, Vidal Cuadras acordó con el PPE integrarse en él, junto con sus ex del PP español, si saliese elegido el domingo en las urnas.
  7. EL PELIGROSO AVANCE DE LA EXTREMA DERECHA EN EUROPA. España no es un país que presente el domingo candidaturas precisas de extrema derecha como ocurre en otros muchos países, el caso más significativo es Francia con el auge del Frente Nacional, liderado por Marine Le Pen a quien las encuestas le otorgan un 22% de los votos, es decir, sería la fuerza política más votada en Francia. ¿Y en España dónde queda el voto de la extrema derecha?, nadie debe rasgarse las vestiduras si afirmamos que además de en candidaturas de partidos residuales, ese voto anida en ciertos sectores con mucho peso del Partido Popular y también en una formación como Vox. ¿Y en el Parlamento Europeo dónde queda ubicado el voto de extrema derecha?, pues en la última legislatura, además de algún eurodiputado que pudiera militar en el PPE o en el CRE, básicamente el voto antieuropeísta y euroescéptico de extrema derecha encontró su habitáculo entre los 34 eurodiputados del Europa de la Libertad y de la Democracia (ELD) y entre los 30 eurodiputados del grupo denominado como No Inscritos. Aunque parezca contradictorio el voto de extrema derecha que tiene como icono a Le Pen en Francia, es un voto antisistema que no pretende otra cosa que el menoscabo de la Unión Europea, eso sí, no dejando de cobrar ni hasta el último céntimo de euro correspondiente a sus sueldos y dietas como eurodiputados. Se trata de un voto absolutamente movilizado y que como es sabido, entre otras lindezas, aboga por políticas racistas, vuelta a las fronteras nacionales, abolición del euro, etc, etc, etc.
  8. ¿QUÉ SUPONE VOTAR EN BLANCO, ABSTENERSE O VOTAR NULO? Son opciones de protesta (o desidia) absolutamente legítimas, pero que favorecen en casi todos los casos a las opciones mayoritarias, es decir Partido Popular (PPE) y PSOE (S&D). Desde un pensamiento utópico la perspectiva de Saramago sobre el voto en blanco en Ensayo sobre la Lucidez resulta totalmente reconfortante; en cuanto al voto nulo, más allá de descargar adrenalina y esbozar una sonrisa o el cabreo del presidente de la mesa electoral de turno, creo que la protesta ciudadana debe encauzarse mediante otros canales y herramientas.
  9. VOTAR EN CLAVE LOCAL. Si todas las claves europeas que he comentado no son suficientes para animarle a votar el domingo, he fracasado 😦  Pero bueno, llegados a este punto, olvídese de todo lo dicho, baje a la arena local, piense en Cañete como ese fiel reflejo de la España más torrentiana, piense en la corrupción que nos rodea y asfixia, en el 26% de paro, en la pobreza infantil, en los brutales recortes en Educación y Sanidad que están dejando a este país tiritando, piense en los recortes flagrantes de libertades, piense en que hemos retrocedido a mucho antes del 86, cuando eramos un país en blanco y negro que todavía no estaba en la Unión Europea pero quería estarlo.
¿Dónde va tú voto? Infografía de Belén Picazo. Diario.es

¿Dónde va tú voto? Infografía de Belén Picazo. Diario.es

1 Comments

  1. Compañero, este es un buen texto preñado de razones para creer en Europa y para esperar de esta unión algo grande. Sin duda, es, ha sido y será beneficioso para nuestro país asociarnos con el resto de democracias europeas. España se ha beneficiado de los fondos FEDER, etc. Ante eso solo puedo estar conforme. Pero, desgraciadamente, el Parlamento Europeo no tiene la iniciativa que debiera, no es un contrapeso tan significativo y muchas veces es un simple brindis al sol, un espacio de retórica sin capacidad ejecutiva.

    Por eso, de cara a los próximos comicios, una abstención masiva sería un auténtico bochorno para la clase política nacional. Y eso me gusta. Probablemente también indicara una apatía nacional, pero, a riesgo de parecer superficial, prefiero ver dibujada la decepción en las caras de Valenciano y Cañete el domingo por la noche. ¡Cómo se les llena la boca cuando hablan de la fiesta de la democracia! Ojalá se lleven a la cama la peor participación de la historia de la democracia española: un triste resultado que les avergüence allá donde vayan.

    A pesar de eso, mi esperanza en una Europa fuerte y democrática que supere los nacionalismos aldeanos sigue intacta. Mi abstención es en clave local.

    Enhorabuena por el texto.

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