Los juegos del pacto

cm lopezLa situación política actual está mostrando la cara más estratégica de los partidos para conseguir un pacto de gobierno, que por fin les permita comenzar la legislatura. Una de las herramientas comúnmente usadas para la gestión de estrategias en economía, psicología, política e incluso biología, es la Teoría de Juegos, fundamentalmente el Equilibrio de Nash, que permite la aplicación de ésta a la vida cotidiana.

Dicha teoría permite elegir qué decisiones tomar para logar el éxito, teniendo en cuenta las decisiones de los otros individuos. Para ello todos los jugadores deben conocer las reglas del juego, se presupone que nunca tomarán una decisión que les perjudique y tienen toda la información del asunto sobre el que deben decidir.

Tras el primer intento de investidura de Pedro Sánchez, con el único apoyo de Ciudadanos, Podemos ha rebajado su intensidad de discurso y ha cedido a reunirse con el partido de Albert Rivera, quien ha rehusado de forma determinante incluir ninguna de las propuestas de Pablo Iglesias.

Ante este escenario, los reproches por ser causantes de unas nuevas elecciones y el afán de introducir en el pacto de gobierno las propuestas de cada uno, se van sucediendo día a día.

Por ello, si utilizamos la Teoría de Juegos, podemos estudiar qué decisiones favorecen más (+2) o menos (-2) a Ciudadanos y Podemos a la hora de pactar.

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Escenario A. Podemos no se sienta a hablar con PSOE y Ciudadanos. Podemos sería el responsable de volver a realizar elecciones y se mostraría ante el electorado como un partido que no está dispuesto a negociar para conseguir un Gobierno plural.

Escenario B. Podemos se sienta a negociar con PSOE y Ciudadanos. Se plantean dos situaciones:

B1. Que Ciudadanos y PSOE acepten las propuestas de Podemos, incluyendo el referéndum de autodeterminación de Cataluña. En este caso Podemos sería el gran vencedor, pues conseguiría incluir todas sus propuestas y mejorar su imagen, al no ser responsable de repetir las elecciones.

Ciudadanos perdería, ya que tendría que hacer una concesión muy importante con el referéndum catalán, uno de los pilares de su programa. Pero seguiría con su imagen de “hombre de Estado” que tanto utiliza en su estrategia de transversalidad.

B2. Que Ciudadanos no acepte contener las medidas de Podemos en el pacto con PSOE. Está ha sido la última elección de Ciudadanos. En este caso es Pablo Iglesias quien tiene que volver a mover ficha y elegir entre las siguientes opciones:

B2.1. Cede totalmente a sus pretensiones programáticas, adhiriéndose al pacto preestablecido por PSOE-Ciudadanos. En este caso Podemos perdería la inclusión de sus medidas y su imagen ante parte de sus votantes, pero saldría reforzada su imagen general porque habría propiciado un acuerdo de gobierno.

B2.2. No cede a unirse al pacto de forma incondicional, pero se abstiene para que Pedro Sánchez sea investido. De esta forma Podemos no conseguiría estar en el Gobierno, pero se convierte en la llave para la legislatura, ya que podría vetar/aprobar las medidas que proponga un Gobierno en minoría. Esta es la decisión más beneficiosa para Podemos en este momento, pues podría incluir modificaciones de acuerdo a su programa, negociando cada propuesta en el Congreso.

B2.3. No cede ante el pacto PSOE-Ciudadanos y se bloquean de nuevo las negociaciones, lo que le haría responsable de repetir las elecciones y perdería cualquier oportunidad de incluir sus propuestas.

Con la negativa de Albert Rivera a negociar recientemente, Podemos ha conseguido compartir la responsabilidad de bloquear las conversaciones, sin embargo, su poca predisposición inicial le dio una ventaja a Ciudadanos que es muy difícil de reducir a estas alturas del juego. Si Pablo Iglesias hubiera sido el primero en negociar, probablemente habría conseguido introducir algunas de sus medidas en un pacto con el PSOE. Él sería ahora el que tendría cerrada dicha negociación, a la espera de que Ciudadanos u otros partidos se sumaran, pero no se puede retroceder en el tiempo.

Por otro lado, el PP está a la espera de que fracase el pacto a tres, con la intención de repetir elecciones y poder pactar con Ciudadanos si fuera necesario. Por ello, el juego debe replantearse cada vez que uno de los jugadores actúa. En estos momentos, Podemos debe tomar una decisión: ceder totalmente ante POSE-Ciudadanos; permitir la investidura de Sánchez y tener cierto poder durante la legislatura; o romper la baraja y repetir elecciones. Parece que Iglesias ha decidido la última opción pero puede replanteárselo de nuevo, como ya ha hecho en otras ocasiones.

La mejor jugada para Pablo Iglesias, sin duda, sería permitir la investidura de Pedro Sánchez y poder seguir la partida durante la legislatura. De esta forma podría evitar que gobierne la derecha, y a pesar de que no sería un triunfo completo para Podemos, mantendría una imagen favorable de cara a futuros comicios tanto con sus votantes que desaprueban el acuerdo con Ciudadanos, como con los que quieren que la legislatura comience.

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