Nos dejó el maestro Kapuscinski

Kapuscinksi, en VarsoviaEl teletipo ha sido como un jarro de agua fría. Ayer mismo hablaba con mi amiga Maja del maestro Kapuscinski y hace tres semanas, la profesora Agata Orzeszek, su traductora, me explicaba, antes de reunirse con él en Varsovia que andaba delicado de salud, nunca pensé que la cosa fuera para tanto, por eso el frío teletipo me dejó descolocado, sin apenas capacidad de reacción, simplemente han pasado raudos por mi cabeza momentos de la lectura del Imperio, largos y gélidos momentos en esos viejos vagones de los ferrocarriles polacos, mientras hacia el trayecto entre Wroclaw y Krakow, antes de coger las furgonetas que completaban el recorrido hasta Oswiecim, triste e internacionalmente conocida cuando su nombre se pronuncia en alemán: Auschwitz.

Llegué a Ryszard Kapuscinski tarde, gracias a un buen amigo y compañero que ya lo tenía como autor de cabecera. Devoré a Kapuscinski, devoré todos y cada uno de sus libros, disfruté y entendí mejor el mundo y el periodismo cuando me zambullí en Ebano, en El Emperador y en El Imperio, y también en La Guerra del Fútbol y en Lapidarium…. luego llegaron los premios, los reconocimientos, las recopilaciones y las entrevistas, fue el momento en el que el escritor de culto llegó al gran público.

Algunos de mis alumnos se quejan, supongo que con razón, que soy muy pesado con Kapuscinski…. lo seré más. Creo que el escritor y periodista polaco es un modelo que no debería faltar en las aulas de Periodismo, sería un pecado que un alumno de Periodismo no hubiera leído nunca a Kapuscinski. Hace un par de años, aprovechando el tirón mediático de los Premios Príncipe de Asturias, propuse a mi Universidad que el genial periodista polaco fuese reconocido como Doctor Honoris Causa, y en la justificación de mi propuesta presté especial atención al perfil de gran humanista que tenía Kapuscinski, un humanismo que traslucía en una manera de entender el periodismo absolutamente diferente a lo que hoy muchos llevan y llevamos entremanos. Ryszard Kapuscinski representaba, representa, la esencia del periodismo, el periodismo puro y duro.

El caso es que mi propuesta no salió adelante, pero a través de su traductora, Agata Orzeszek, una persona clave a hora de introducir la obra de Kapuscinski en España, mantuve la ilusión docente de poder traerlo ante mis alumnos y la ilusión periodística de poder entrevistarle personalmente. Aún sabedor de que su salud estaba frágil, ambos retos los tenía avanzados y en mi próximo viaje a Polonia, allá para marzo, tenía el objetivo de conocer al periodista, al escritor y, sobre todo, a la persona, entrevistarlo y utilizar la vídeo-conferencia para desde la distancia acercarlo a mis aulas. Por todo ello, me muevo ahora mismo en un doble sentimiento de frustración y rabia porque no he conseguido cerrar mi círculo con el maestro.

Nos deja un genio que cubrió guerras, revoluciones que vio como se convulsionaba África y que más allá del frio teletipo de la Agencia Polaca de Noticias, sentía la necesidad de plasmar sus sentimientos en excelsas crónicas, reportajes, ensayos o novelas. Nos deja un genio que no conoció más allá de las viejas máquinas de escribir y que durante los últimos años se comunicaba con el exterior, desde su casa de Varsovia, con un viejo fax. Le llegó tarde el tecnohumanismo.

Quizás ahora, confusos por su muerte, sería momento de replantear –amigo Agustín– ese viaje que tantas noches nos prometimos hacer por las rutas del Imperio.

Descanse el paz, el maestro Kapuscinski.

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0 Comments

  1. Una vez «alguien» me dijo que si no me gustaba Kapuscinski era porque no había leído lo esencial de este autor. Reconozco que es más que probable, y de hecho, le había pedido a una amiga el libro de Ébano, para comprobar si esa era la razón. Pero al margen de que guste o no su manera de escribir, por poco que se haya leído de él, hay que reconocer que pocos han vivido tanto el periodismo como lo vivía él. Y muchos menos, han conseguido transmitir esa pasión por escrito de forma tan vívida.

    Al menos nos quedan sus libros para seguir reviviéndolo…

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  2. Me alegro mucho que ese »alguien» te metiera el gusanillo de Kapuscinski y te animo a seguir conociendo su trabajo, por ejempo a través de las lecturas de El Emperador y El Imperio. Seguro que entre examen y examen, una apasionada del periodismo y de la literatura como tú, saca tiempo para relajarse con la pluma del periodista polaco.
    Ánimo

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  3. Ha sido, verdaderamente, una dolorosa noticia que nos despertó en esta gélida mañana de enero. Ha muerto un gran maestro de la palabra, y nos hemos quedado más huérfanos de la gran literatura. Cada vez nos quedamos más solos con el frío, en esta ocasión, un frío que viene del Este.

    Recuerdo su último libro «Viajes con Heródoto» que nos recuerda a todos que ser inmigrante es un honor, que cruzar fronteras es lo mejor que le puede ocurrir a una persona…

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  4. Hola Silvia, coincido en tu apreciación y sería muy útil que muchos profundizasen en lo que Kapucinski plantea en Viajes con Herodoto, y en la necesidad de cruzar fronteras y entender mejor el mundo. Un abrazo

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  5. Me quedo con esta frase que le he leído y que es el signo de los tiempos:

    «Cuando vemos imágenes de las pateras, con 20 o 40 personas en su interior, empezamos a hablar de inmigración, y los políticos proponen medidas para combatirla o regularla. Un día leemos una noticia sobre la llegada a Italia de un barco con kurdos; otro, el hallazgo de asiáticos encerrados en un camión en Inglaterra; otro, de africanos saltando la valla de Melilla… Pero se trata de pequeñas noticias separadas que no explican nada. Se nos presentan fuera de contexto porque el verdadero contexto es la miseria».

    Me ha cogido su muerte leyendo Ébano…

    Un abrazo
    Alfredo

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  6. Un párrafo que resume una forma de hacer periodismo o mejor dicho una forma de NO hacer periodismo. Con cada lectura de Kapuscinski me planteaba mil dudas sobre el ejercicio de mi profesión…. ahora, en el momento de su muerte, vuelven a planear todas esas dudas sobre mi cabeza.
    Un abrazo Alfredo

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  7. Per a mi també és el gran mestre. Perquè ha sabut entendre les claus del nostre món i ens les ha explicat. Espere que entre tots els qui l’hem llegit amb devoció alguns sàpiguen agafar el testimoni.

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  8. No! joo, que pena me ha dado cuando Amy (la que está ahí arriba…) me ha dado la noticia, hace poco leí «El mundo de hoy» y tengo Ébano aquí dispuesto para cuando acabara los examenes. Y además me hubiera gustado verlo en persona cuando acabara la carrera (solo me quedan dos años!!) aaaaa Ahora el nuevo propósito será ver su tumba, aunq con resignación. De lo que he leido de él, me ha gustado como plasmaba su punto de vista de todos los lugares a donde ha estado… y su forma de contar, detalladamente los hechos. Me imaginaba que sus ojos eran mis ojos. Lo veía todo a través de sus libros, el pasaje que más me conmovió que lei en «El Mundo de Hoy» fue cuando ayudó a unos hombres a llevar el cadáver de un cantinero, no se en que parte del mundo fue, lo q sí se, es q fue en Europa del Este, y tp recuerdo a que libro pertenece pero es de los grandes que tiene… Me imaginaba todo lo que pasaba como si yo fuera otra más que acompañaba al muerto… (q cusas…)
    NUNCA TE OLVIDAREMOS KAPUSCINSKI (O como yo le decía, capuchino…) ;'(

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  9. Ha sido un duro golpe recibir esta noticia en plenos exámenes. Me considero entre las afortunadas que han tenido la oportunidad de conocer este año, a través de «alguien» al gran maestro, de envidiar su trayectoria al reconocer que cada vez se hace más complicado poder llevar a cabo el periodismo que ejerció Kapuscinski. Aunque físicamente nos haya dejado, creo que la vida le ha dado la ocasión de dejarnos todos sus pensamientos, reflexiones y enseñanzas por escrito. Siempre podremos acudir a él. José Luís, es cierto que a veces eres repetitivo con el tema, mi madre hace lo mismo. Los dos sois personas apasionadas y sabeis transmitir vuestra ilusión por la vida y eso contagia a los de alrededor de optimismo y ganas de hacer las cosas bien. En algo os pareceis pues, Ryszard y tú.

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  10. Gracias por compararme con tu madre y con Kapuscinski…. ¡qué más se puede pedir…. me has alegrado este día triste y tontorrón! Solo espero que sus lecturas te sirvan/os sirvan para captar cual es la verdadera esencia del periodismo, esa que está escondida, a la sombra de esos grandes focos que deslumbran, esa que hay que rebuscar para encontrarla, pero de verdad te digo que su búsqueda merece la pena. Un abrazo Maria

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  11. Espero que hayáis hecho algo en esa ‘casa de la cultura’ que dice ser la Universidad. Sin duda, el polaco fue un claro referente del Nuevo Periodismo. Sin embargo, es un desconocido para muchos. Es un ejemplo a seguir y a tener en cuenta. Pero poco atractivo para estas generaciones jóvenes. Saludos desde Madrid.

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  12. Quan em vaig assabentar em vaig enrecordar de tu. Gràcies pel descobriment, de veres. Tota una lliçò. Encara em recorde de la mala llet que m’agarrava quan llegia Los cínicos no sirve para este oficio en comprovar la diferència entre el Periodisme que ell feia, per no dir la seua aposta vital, i el que jo havia vist i encara veig al meu voltant. Un abraç.

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  13. Un testigo de calidad

    Murió Kapuscinski, un auténtico testigo de calidad del mundo del siglo XX, en su segunda mitad. Sus libros así lo atestiguan insobornablemente. Confiable testimonio de vida del vaivén humano al filo del límite.
    Cruzado de la paz del diálogo y cruzador de fronteras físicas y culturales. Su obra tiende puentes. Incluso cuestionando al poder.
    ¿Género? La revuelta de los géneros: historia y periodismo y literatura contra reloj. Ensayista del ensayo total. Medios: papel y pluma y máquina de escribir; ver, escuchar, pensar, leer; inteligencia, decisión, arrojo, corazón y “un ojo de águila para encontrarle el hilo a los fenómenos políticos”. Luego, escribir.
    ¿Murió el más grande reportero del siglo XX? No. Uno de sus mejores espíritus, hoy transfigurado en palabras, pervive en sus mejores lectores. Sin histeria, sin fiebre, sin depresión. “La palabra certera en plenitud de sus fuerzas”. Sin humedades, con melancolía, en comunión.
    Sus ojos vivaces en su cara de diablo (míralos, óyelos), escrutadores de la realidad descarnada y hacedores del ensayo integral contra obstáculos, circulan y respiran libremente por la sangre despierta. Lo dijo el poeta: “Los ojos se cierran, / las palabras se abren” (Paz).
    No hay que decirlo todo.
    Apenas un grano de arena.
    Ryszard Kapuscinski, polaco del mundo loco rodante murió en su tierra, 4 de marzo de 1932, 23 de enero de 2007…

    Julio Figueroa.

    Saldarriaga, Qro. México, 24-25-enero-2007.

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  14. Hola Alex, me alegró mucho de haberte servido de ayuda para descubrir a Kapuscinski…. ahora tienes la oportunidad de redescubrirlo con nuevas lecturas. Un abrazo y mucha suerte

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  15. Hola!
    Quiero escribir un trabajo sobre la repercusión de kapuscinski en el mundo hispanohablente.
    Quizá teneis algun consejo para mí:)
    GRACIAS

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  16. En el caso español la repercusión está siendo notoria dentro del ámbito del Periodismo, ya que está siendo utlizado como modelo para el buen ejercicio de la profesión. Además, no pierdas de vista el galardón del Príncipe de Asturias y lo que ello significó.
    Un saludo y suerte

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