Se han cumplido 61 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz por parte de los aliados, y uno de mi última visita a la pequeña localidad polaca de Osweciem en donde se encuentra el museo estatal del holacusto nazi. Un funcionario me permitió entrar en la ‘residencia de la muerte’, fuera del horario de visitas, caía la noche en Polonia, estábamos a nueve bajo cero, todo nevado, frío y viento. Ni un alma, ni un sonido, un espacio muerto, con la única luz encendida, tenebrosa, de la cámara de gas y el crematorio. Visitar Auschwitz-Birnekau te ayuda a entender muchas cosas y sobre todo, aunque pueda parecer una paradoja, refuerza tus sentimientos vitales y de paz.
Artículo recomendado de Ramin Jahanbegloo*: Testigos de Auschwitz (*el autor es un filosofó iraní, director del Departamento de Estudios Contemporáneos en el Cultural Research Bureau de Teherán. Ha sido publicado en el diario El País y traducido por News Clips)