Tony Blair, próximo presidente de turno de la maltrecha UE
LA GLOSA
Mirando de refilón a los gallegos del exilio, valgan estas líneas para ratificar lo ya comentado días atrás en este rincón de la blogosfera sobre lo acontecido en la triste cumbre bruselense:
1) La Unión Europea carece de líderes consistentes. Estamos en manos de burócratas sin perspectiva política de futuro… ni de presente
2) Estamos en crisis… y esta es muy gorda… la madre de todas las crisis
3) Estamos en manos del país euroescéptico por naturaleza, el Reino Unido, el mismo que viste y calza, el mismo que ha dinamitado la Cumbre de Bruselas
4) Estamos ante el desmoronamiento del eje franco-alemán. Chirac prolongó su fracaso francés a las instituciones comunitarias, y Schoeder prepara su salida del gobierno alemán en beneficio de una Angela Merkel que se muestra muy beligerante con el mantenimiento de la cohesión a costa de las actuales aportaciones alemanas.
5) Estamos ante el triunfo de la Europa económica, frente a la Europa política.
6) ¿Estamos ante el final del proyecto federalizante para Europa?… parece que SÍ.
7) ¿Estamos ante la descomposición de la cohesión como principel referente del modelo europeo?… pues también parece que SÍ, máxime después de haber escuchado los alegatos de Tony Blair y Harry Potter Balkenende.
El Consejo tenía el reto de superar la crisis política que sobrevino por el NO francés y holandés a la Constitución Europea, y la manera de salvar los muebles era aprobando el marco de financiación de la UE para el periodo 2007-2013. Lejos de llegar a acuerdos, rebajar pretensiones y ceder en las negociaciones, los que mandan en el Consejo con el endurecimiento de sus posturas han dinamitado cualquier atisbo de acuerdo y han provocado una situación de caos que tardará en solventarse.
Suscribo las palabras del presidente de turno de la UE, Jean-Claude Juncker, y yo también me siento avergonzado. Avergonzado porque quienes menos tienen, los recién llegados, mostraron actitudes dialogantes tendentes a alcanzar acuerdos, topándose con el club de ricos de esta UE cada vez más mercantilista y menos solidaria.
En cuanto a España, su papel en esta glosa será tan irrelevante como el que tuvo en esta cumbre vergonzante.