Profunda mutación en la televisión europea

Santiago de Compostela (2013)

La televisión pública pierde peso legal, económico, industrial y tecnológico en el nuevo mercado audiovisual  europeo de esta segunda década del siglo XXI. Se fragmenta mucho el consumo y se concentra la oferta en grandes grupos y plataformas de comunicación convergentes con las telecomunicaciones e Internet.

Estas son  las conclusiones  del trabajo de investigación  que se presenta en  la Revista Latina de Comunicación Social y que ha sido realizado por el profesor Francisco Campos Freire, del Grupo Novos Medios de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela.

El propósito de esta investigación ha sido ofrecer una radiografía general de la televisión en el contexto del cambio tecnológico y económico que se está produciendo en la sociedad global pero, particularmente, en el marco de la de la Agenda Digital Europea, que es la estrategia audiovisual de Europa para esta segunda década del siglo XXI.

La metodología empleada ha sido el análisis sobre los cambios legales experimentados sobre el audiovisual  en la Unión Europea y en cada uno de sus países, los planes estratégicos plurianuales de las principales televisiones públicas y privadas, las cuentas de resultados de cada una de ellas, sus estructuras, cambios tecnológicos  y  procesos de concentración experimentados en los últimos años en este sector. Las fuentes documentales básicas consultadas han sido las producidas por las políticas de comunicación europeas y estatales, los datos del Observatorio Audiovisual Europeo y las memorias anuales de cuentas de las corporaciones públicas y privadas de radiotelevisión.

El presente y futuro del audiovisual europeo es híbrido, convergente y conectado con la industria y los modelos de negocio de las telecomunicaciones y los grandes operadores globales de Internet. Crece la televisión privada de pago, pierde peso la televisión generalista y se empobrece por falta de financiación la televisión pública. El cable domina la difusión de la televisión en Europa, seguido del satélite, la televisión digital terrestre y las nuevas redes de Internet. La televisión  hertziana, generalista y gratuita, está también en retroceso porque esas  redes terrrestres están siendo desalojadas y subastadas por los estados para ampliar la telefonía móvil, en detrimento del servicio público de libre acceso e interés general.

El mercado de la televisión en Europa supera los 400 mil millones de euros, 32.000 millones correspondientes a la de titularidad pública, 40.000 millones a la de propiedad privada y 327.000 millones a los operadores convergentes de telecomunicaciones. En Europa hay registrados más de 8.000 canales, el 75% de capital privado, 15% de carácter público y 10% internacionales. La televisión europea da trabajo a más de 200.000 personas y en los últimos cinco años ha reducido en un 15% el empleo directo. En medio de la crisis económica general y del cambio tecnológico experimentado en ese último quinquenio, la televisión pública lucha por mantener o ajustar su financiación, por adaptarse a las nuevas tecnologías y plataformas, por acometer su reestructuración interna y por mejorar su gobernanza. Pero la batalla es titánica porque las directivas europeas, los cambios legales de los estados y la presión de las televisiones comerciales privadas juegan con fuerza contra la televisión pública.

La televisión pública en Europa se financia con un canon o tasa sobre los televisores y ordenadores a través de los que se ve en los hogares, con la publicidad cada vez más escasa y con otros impuestos. La crisis le ha mermado esos recursos y los estados han sido presionados por las compañías privadas para eliminar o reducir las subvenciones y la participación en la publicidad. La tasa de financiación media recomenda por la Unión Europea de Radiodifusión para la radiotelevisión pública es de entre el 17 y el 19 por ciento del PIB de cada país.

La televisión pública es una pieza fundamental de la política audiovisual europea pero su posición estratégica actual es de estancamiento o retroceso por diversas y complejas causas: nuevas políticas audiovisuales europeas y de los estados no demasiado proclives, dificultades de financiación, falta de flexibilidad y de adaptación a los rápidos cambios del entorno,  estructuras demasiado pesadas y anquilosadas, dificultades ante el reto de Internet y la Web 2.0, fuerte competencia y mayor dinamismo de los operadores privados.

Por una televisión pública independiente y de calidad

Este artículo compila algunas de las ideas principales de la tesis doctoral: “Pluralismo político en los programas informativos de Canal 9 y La 1 (TVE) durante las elecciones autonómicas y generales de 2011”, defendida por Carmen María López Rico, en la Universidad Miguel Hernández de Elche el pasado 20 de diciembre de 2012, con la máxima calificación de Apto Cum Laude.

¿Quiénes son los paganos de la crisis? Por desgracia, no quiénes la provocaron. ¿Quiénes son los paganos de los ERE que están teniendo lugar en entes públicos como RTVV o Telemadrid? Por desgracia, no quiénes llevaron a la ruina a estos medios de titularidad pública y a cientos de sus trabajadores. Quizás sea exagerado, hasta utópico, pensar que una empresa privada de comunicación puede ganar dinero ofreciendo en su parrilla televisiva productos de calidad que hagan un servicio público a su comunidad de telespectadores en ‘prime time’. Les recomendamos zambullirse en este debate necesario ‘enganchándose’ a la primera temporada de la serie norteamericana The Newsroom. El mismo debate debería estar superado si nos referimos a entes públicos. Debería darse por hecho que una televisión pública apuesta por la calidad, el pluralismo y el servicio público a su audiencia. En el caso de España, lamentablemente, ésto no es así.

Tomando como referencia los valores y directrices editoriales de la BBC, comprobamos que lo más cerca que se ha estado del ente británico en cuestiones claves como la independencia del poder político y el pluralismo informativo, ha sido durante la etapa de Fran Lorente al frente de los servicios informativos de RTVE. Evidentemente el estudio concienzudo de periodos electores (origen de este artículo) como la pre-campaña y campaña electoral de las Elecciones Generales de 2011 determinan que aun habiendo logrado unos estándares elevados de calidad, el horizonte de la BBC quedó lejos incluso para el propio Fran Lorente. De todos modos, la audiencia gratificó el esfuerzo de este periodista por apostar por unos servicios informativos generalmente creíbles, plurales, gobernados por profesionales y con un producto global final de calidad que obtuvo el reconocimiento internacional. El cambio de Gobierno hace poco más de un año nos retrotrajo al modelo de televisión pública como herramienta política de altavoz del poder, a costa de perder estándares de calidad, descapitalizando su plantilla, prescindiendo o dejando marchar a experimentados periodistas de enorme valía profesional. En solo unos meses, RTVE ha perdido el favor mayoritario de la audiencia.

Es absolutamente impensable que la línea editorial de la BBC, su independencia con respecto al Gobierno británico, el pluralismo de sus informativos, variara un ápice en función de quién fuera el inquilino de turno del nº10 de Downing Street. Detrás de esta filosofía hay una madurez democrática que todavía España no ha adquirido. Dicha madurez está directamente relacionada con la necesidad del ciudadano crítico de consumir información de calidad en los medios de referencia de titularidad pública.

Evidentemente si los estándares de calidad de la mejor etapa de RTVE aún quedan lejos del modelo propuesto, que decir de la mayoría de televisiones públicas autonómicas españolas. Estudios pegados a la cobertura de periodos electorales nos vienen a confirmar que eso del pluralismo e independencia es una auténtica entelequia y que casos como el de Canal 9 nos ratifican un modelo caduco fundamentado en la manipulación informativa y la propaganda. Las televisiones autonómicas se han convertido en ‘juguetes rotos’ al servicio de los gobernantes de turno. Algunos, como Esperanza Aguirre, Francisco Camps, José Bono, Manuel Chaves o Manuel Fraga han hecho un uso grosero de estos medios públicos durante muchos años.

La deriva de la gestión en Canal 9, con escándalos que incluso han llegado a los tribunales, ha quedado patente en prácticas poco recomendables como la programación de espacios de costes millonarios, encargados a productoras afines ideológicamente afincadas fuera de la Comunidad Valenciana que han permitido el desembarco semana tras semana de tertulianos estrella con ‘cachés’ de lujo para hablar exclusiva y sesgadamente de política nacional. Esta situación es totalmente contradictoria con el fin primero de las televisiones públicas autonómicas: el servicio público a la ciudadanía del territorio donde esté afincada. Una segunda variable descuidada por Canal 9 ha sido la eficiente divulgación de la lengua valenciana, cuestión ésta que también va implícita en el ADN de una televisión pública de una Comunidad Autónoma bilingüe: TV3-ETB-TVG. Sea como fuere, la mala gestión, no solamente de Canal 9 sino de la gran mayoría de las televisiones autonómicas, ha derivado en audiencias residuales y en una pérdida de la razón de ser con que surgieron estos entes públicos que tras los ERE parecen predestinados a un incierto horizonte de privatizaciones.

Artículo firmado conjuntamente por José Luis González y Carmen María López Rico y publicado en la edición impresa del Anuario 2012 de la Asociación de la Prensa de Alicante que se ha presentado la noche del 24 de enero de 2013 (San Francisco de Sales, patrón de los Periodistas) en el Casino de Alicante

‘El ritmo de la cancha’: de los Juegos nazis de Berlín al ‘Tea Party’ de Londres

El ritmo de la cancha.

Necesito más caracteres de los que me otorga Twitter y razonablemente Facebook para recomendar como Dios manda un libro que cayó en mis manos, fruto de un regalo de una persona que comparte con servidor las dos pasiones sobre las que pivota el libro en cuestión: baloncesto y periodismo, y que no es otro que: ‘El ritmo de la cancha, historias del mundo alrededor del baloncesto’. El autor es el periodista Jacabo Rivero, con prólogo de José Ajero y Ángel Goñi, editado hace solo un par de meses por ‘Clave Intelectual’. Con suma exquisitez, Jacobo utiliza el hilo conductor de trece historias de baloncesto para hablar de historia, política, compromiso y solidaridad. La lectura ha coincidido precisamente con los Juegos de Londres y con esa flamante plata lograda ante los Estados Unidos, y curiosamente el libro de Jacobo arranca explicando la mentira que fueron los Juegos nazis de Berlín en 1936 y como un siniestro dirigente estadounidense (Avery Brundage) embaucó a jugadores y técnicos para participar en aquella pantomima de propaganda nazi. Siguiendo aquel esperpento estuvo el propio Naismith (inventor del baloncesto). Atletas de raza negra como Jesse Owens o jugadores judíos de aquella selección de baloncesto como Sam Balter no fueron precisamente tratados con cariño en aquel ambiente hostil del Berlín de 1936, ni tampoco a la vuelta en su propio país que tardó en entender lo que Hitler estaba maquinando en Alemania.

El libro de Jacabo transita por los cinco continentes y te descubre personajes, sucesos, lugares, canchas inolvidables. He comprendido con su lectura lo que es y representa el baloncesto de Bahía Blanca, en Argentina, y me he reencontrado con la mítica cancha de Rucker Park, en Harlem, a través de la cual nos cuenta dos historias humanas de trabajo, superación y éxito o  fracaso. Dos casos reales los de Earl Manigault y Jim Carroll que a su vez me proporcionaron la posibilidad de volver a leer el magnífico reportaje que Gonzalo Vázquez hizo sobre la muerte de Len Bias, dos noches después de ser elegido número uno del Draft por los Boston Celtics.

Pero sobre todo me he reencontrado con el baloncesto ‘plavi’ de los 80 y los 90, con aquel que tocó el cielo que nos cautivó y enamoró, pero que fue víctima de la sinrazón, la política y la guerra más cruenta. Para contar aquella locura, Jacobo Rivero elige fuentes magníficas como Samir Avdic (Unicaja), miembro de aquel equipo de héroes bosnios que rompieron el cerco serbio de Sarajevo para en la primavera de 1993 poder llegar jugar el Europeo de Alemania. Y todo gracias al empuje, compromiso y gran corazón de Mirza Delibasic que quiso lanzar al mundo un grito de auxilio a través de aquella selección talentosa a la par que desarrapada.

Como grito desgarrado de compromiso también fue el de la jugadora estadounidense Toni Smith, de la progresista Universidad de Manhattanville (Nueva York) que tomó la decisión durante al temporada 2002-2003 de dar la espalda a la bandera norteamericana y bajar la cabeza durante la interpretación del himno en todos y cada uno de los partidos que su Universidad jugó aquella temporada. ¿Motivo? protestar contra la reacción del Gobierno de George W. Bush a los atentados del 11S (Ley Patriótica) que acabó con la ignominia de la Guerra de Irak. Toni Smith que siempre tuvo el apoyo de su entrenador y de su Universidad tuvo que soportar amenazas de muerte en numerosos partidos y todo tipo de vejaciones por parte de la derecha más reaccionaria, esa que hoy se agrupa entorno al Tea Party. Y precisamente en esa órbita del Tea Party se encuentra el también mítico Coach K (Mike Krzyzewski) al que la USA Basketball, tras el fiasco del Mundial de Japón que ganó España, le encargó armar un equipo competitivo para las siguientes citas internacionales: mundiales y juegos olímpicos (Pekín y Londres). Krzyzewski montó su estrategia a partir de principios militares de servicio a la patria. Asesorándose y trabajando codo con codo con el senador republicano y ex-combatiente en Vietnam John McCain, al que Coach K apoyó en la campaña de las presidenciales contra Obama, como cuatro años antes hizo desde Carolina del Norte con la reelección de Bush. Miembro de la derecha religiosa evangélica más reaccionaria, antiguo alumno de la academia militar de West Point, Krzyzewski, antagónico de Toni Smith, ha cumplido en Londres su última misión que va mucho más allá de un partido de baloncesto y una medalla de oro.

PD: El libro ‘El ritmo de la cancha’ concluye con un anexo sobre ‘El periodista como parte de la comunidad deportiva’, con algunas reflexiones de enorme interés que merecen un nuevo post… eso será cualquier día de éstos.