Les juro por Dios que me había propuesto con la llegada del año nuevo dos cosas, bajar de peso y no meterme en el fango de la política nacional y mentar en este pulcro y sacrosanto espacio la figura espuria de Jiménez Losantos. Pero ha sido una especie de señal divina porque les confieso que ya no oigo la Cope, emisora donde aprendí mucho en mis comienzos porque se hacía radio de verdad, porque el ideario del humanismo-cristiano se ponía al servicio del oyente, era una radio plural y de calidad que no daba peores resultados económicos y de audiencia que este esperpento que es hoy en día la cadena de la Conferencia Episcopal.
Decía que ha sido como una especie de señal divina porque me disponía a echar un vistazo, como hago todos los días al blog de Juan Varela, Periodista 21, y justo cuando abría y escuchaba un vergonzante audio de Jiménez Losantos se producía un temblor de tierra de cuatro grados, con el epicentro a menos de tres kilómetros de mi despacho. ¡Tierra, trágame!, no puede ser que este país esté llegando a tal nivel de degeneración, no puede ser que en una cadena de radio que controla la Iglesia Católica se puedan decir semejantes barbaridades.
Hace un tiempo hice el ejercicio masoquista de escuchar a este elemento, pero mi psicoanalista me indujo a dejarlo cuanto antes, avisándome que podía acabar como el super intendente del inspector Clouseau. Juan Varela y el terremoto han despertado esa necesaria reacción de denuncia, casi de grito, ante la infamia.
El corte que se puede escuchar por muchos sitios de Internet es pura infamia. La política de este país, tras los acontecimientos de esta semana, me da asco, los políticos de este país, salvo contadas excepciones, me dan asco, y la clase periodística que jalea y orienta a esa clase política pusilánime y lamentable me producen nauseas y vómitos. Losantos es un esperpento que representa lo peor y que en esta ocasión da clara muestras de un comportamiento xenófobo y mafioso que no debería permitirse en ningún medio de comunicación, menos aún en la Cope.
Se preguntaba el sacerdote Quintín García en un magnífico artículo si ¿necesita Dios una radio?, no sé, quizás sí, si se ajustara realmente a los postulados más edificantes de la iglesia, a ese humanismo-cristiano del que hablaba al principio, pero desde luego Dios lo que no necesita es un incendiario, un vocero, una mala persona, en definitiva, como este psudoperiodista que utiliza los micrófonos de la Iglesia como dardos envenados, cargados de odio y mala baba.
Chapó para tu artículo José Luis. Coincidimos plenamente en todo cuanto a Losantos se refiere. Es tremendo escuchar a semejante personaje hablar todas las mañanas. Por desgracia, mi madre es acérrima oyente de COPE, especialmente de este terrorista radiofónico. Pero lo malo no es eso, es que sus oyentes toman todo lo que dice como verdades absolutas, y se sienten convencidos totalmente por lo que dice, algo que, además, defienden a ultranza.
En cuanto a la clase política: deleznable; todos sin excepción. No se salva ni uno. Y cada vez va a peor. Nunca imaginé que la crispación del pueblo llegara a tales extremos. La gente parece cegada por elementos como FJL, y se ceba con su contrario político oncluso en temas como el del terrorismo, que nunca han tenido discusión en este país; más bien lo contrario: unidad. Esto es lo que fui a pedir a la manifestación del sábado, nunca acudí a las calles de Madrid para mostrar mi apoyo a un político.
Un saludo.
Amén!!
FJL está desde luego un poco pasado de rosca pero lo que dice se mueve dentro de los límites de la libertad de expresión. Y la prueba es que no hay ninguna sentencia condenatoria de algún tipo de exceso.
Mucho más deplorables me parecen las maniobras contra su programa iniciadas en Cataluña y que aplauden con entusiasmos los medios del grupo favorito del gobierno.
En cuanto a lo que dijo sobre los ecuatorianos, no hay nada censurable. Sí que es censurable es el titular de «amenaza e insulta a los ecuatorianos». El propio texto del artículo desmiente el encabezado.
Hochimin, enlaza el audio, lo escuchas y entenderás que el titular es absolutamente benévolo con el autor de semejante patraña.
Un saludo
Sigo sin ver dónde está la «amenaza», especialmente en un país como el nuestro.
En un comentario (ver supra) hablan de «terrorista radiofónico». Y eso que se trata de alguien que fue víctima del terrorismo de los que ahora gobiernan en Cataluña.
No soy oyente habitual de la Cope (hablo inglés, francés, alemán, ruso y estonio, así que tengo donde elegir ), pero los que critican a la emisora me parecen a menudo más lamentables que el propio Federico. Cuando se dialoga con terroristas y no se responde a las preguntas del Foro de Ermua es que algo está mal. Tengo que parafrasear a Yulia Latinina: «aquí lo que falta es moral».
Francamente, el día en que todos hablaban de «humanidad» con De Juana, el único sitio donde (en mi opinión) había sentido común era en la tertulia de FJL.
Y, en fin, es patético que los mismos que defienden a Batasuna en nombre de la libertad de expresión sean los que quieren que cierren la Cope.